[Y he aquí que el inmaculado Maestro -como era de esperar- ocupó su Centro en el Descampado, arrastrándose inmediatamente hacia Él los primeros discípulos. La mañana era diáfana, pues acababa de amanecer. El Maestro dibujaba en la arena el Signo de la Convergencia. Sus discípulos lo imitaban, alegrándose su corazón por ello. La tierra estaba fresca por el rocío matutino. Cuando el Espíritu la hubo colmado, la muchedumbre miraba con fervor al Maestro esperando su Palabra. Ahora la mañana era tibia. Entonces, sólo entonces lo pudimos oír:]
MAESTRO: Que sean siempre más de dos los que busquen la piedra filosofal.
DISCIPULO: ¿Por qué, Maestro?
MAESTRO: Porque puede ser una roca.
DISCIPULO: Maestro, ¿por qué es buena la Vida Interior?
MAESTRO: Porque así las imperfecciones van por dentro.
DISCIPULOS: Maestro, Maestro, háblanos en parábolas! ¿Cuál es el sentido de la vida?
MAESTRO: No vivir como resentidos.
DISCÍPULOS: Maestro, ¿qué dice la Curva de Nuestro Aprendizaje?
MAESTRO: Que estáis encorvados.
DISCIPULOS: Maestro, ¿que quiere decir “Yo soy el que soy”?
MAESTRO: Que Dios es un conformista.
DISCIPULO: ¿Por qué, Maestro?
MAESTRO: Porque puede ser una roca.
DISCIPULO: Maestro, ¿por qué es buena la Vida Interior?
MAESTRO: Porque así las imperfecciones van por dentro.
DISCIPULOS: Maestro, Maestro, háblanos en parábolas! ¿Cuál es el sentido de la vida?
MAESTRO: No vivir como resentidos.
DISCÍPULOS: Maestro, ¿qué dice la Curva de Nuestro Aprendizaje?
MAESTRO: Que estáis encorvados.
DISCIPULOS: Maestro, ¿que quiere decir “Yo soy el que soy”?
MAESTRO: Que Dios es un conformista.
[Una explosión de amor y comprensión brotó de la multitud entregada; luego se produjo un largo silencio. Los discípulos se rascaban la cabeza no a causa de las dudas sino del calor, lo que equilibraba su autoconocimiento. El coloquio se reanudó...]
MAESTRO: Os digo que tenemos una Cara Oculta.
DISCIPULOS: Sí, ¿pero cuando se ve?
MAESTRO: Cuando cerramos la boca.
DISCIPULO: Maestro, ¿una uña encarnada puede ser la reencarnación de alguien en mí?
MAESTRO: El milagro de la metempsicosis no conoce límites. Alégrate.
DISCIPULO: Maestro, ¿es la autoayuda un yugo del que yo mismo me cuelgo?
MAESTRO: Seguro.
DISCIPULO: Maestro, ¿si no me siento Elegido, qué hago?
MAESTRO: Cámbiate de secta.
DISCIPULO: Maestro, si tenemos una riqueza interna oculta, ¿quién se queda con ella?
MAESTRO: Los vivarachos de Marbella.
DISCIPULO: Maestro, ¿cómo consigo la Serenidad?
DISCIPULOS: Sí, ¿pero cuando se ve?
MAESTRO: Cuando cerramos la boca.
DISCIPULO: Maestro, ¿una uña encarnada puede ser la reencarnación de alguien en mí?
MAESTRO: El milagro de la metempsicosis no conoce límites. Alégrate.
DISCIPULO: Maestro, ¿es la autoayuda un yugo del que yo mismo me cuelgo?
MAESTRO: Seguro.
DISCIPULO: Maestro, ¿si no me siento Elegido, qué hago?
MAESTRO: Cámbiate de secta.
DISCIPULO: Maestro, si tenemos una riqueza interna oculta, ¿quién se queda con ella?
MAESTRO: Los vivarachos de Marbella.
DISCIPULO: Maestro, ¿cómo consigo la Serenidad?
MAESTRO: Simone Weil dijo: “Para la paz interior hay que ir al Frente”.
*Nota:
Luciano Ekatombe hizo sus primeros estudios en el instituto calabrés “Gandulfo Bellini”.
En 1982, y después de someterse a intensas pruebas sicológicas, se unió a la Liga de los Peregrinos de Oriente.
En 1982, y después de someterse a intensas pruebas sicológicas, se unió a la Liga de los Peregrinos de Oriente.
Dentro de ésta formó dos años más tarde el círculo esotérico “Fatamoushkana”, que quiere decir “La Casa del Olvido”.
La vasta obra ensayística y proto curativa de Luciano Ekatombe comprende, entre otro títulos:
Lamenti di mendicanti (editorial La Folie, 1978)
El Yo Personal Autogestionado ( La Folie, 1979)
El Evangelio del Sol: Homenaje a los Padres del Desierto (editorial Tormentos, 1986)
Cómo distinguir las Bienaventuranzas de las Malas Juntas (editorial Betsabé, 1992)
Coloquios del Descampado (Prensas Universitarias de Addis Abeba, 1995)
Una Salida para la Mediterraneidad del Ser (editorial Urgencias, 2001)
La Misa Galáctica del Siglo XXI (editorial Chardin, en colaboración con el Centro Católico Lavapies de Madrid, 2007)
La vasta obra ensayística y proto curativa de Luciano Ekatombe comprende, entre otro títulos:
Lamenti di mendicanti (editorial La Folie, 1978)
El Yo Personal Autogestionado ( La Folie, 1979)
El Evangelio del Sol: Homenaje a los Padres del Desierto (editorial Tormentos, 1986)
Cómo distinguir las Bienaventuranzas de las Malas Juntas (editorial Betsabé, 1992)
Coloquios del Descampado (Prensas Universitarias de Addis Abeba, 1995)
Una Salida para la Mediterraneidad del Ser (editorial Urgencias, 2001)
La Misa Galáctica del Siglo XXI (editorial Chardin, en colaboración con el Centro Católico Lavapies de Madrid, 2007)
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