"PERIODISTA: ¿Hacia dónde va Raúl Ruiz?
RUIZ: Por el momento a Rumania, buscando a Chile.
PERIODISTA: ¿Con qué proyecto?
RUIZ: Buscando a Chile.
PERIODISTA: ¿Cómo en Rumania?
RUIZ: Voy a filmar una película que pasa en Chile en Rumania, porque Rumania se parece más a Chile que Chile, ahora."
RUIZ: Por el momento a Rumania, buscando a Chile.
PERIODISTA: ¿Con qué proyecto?
RUIZ: Buscando a Chile.
PERIODISTA: ¿Cómo en Rumania?
RUIZ: Voy a filmar una película que pasa en Chile en Rumania, porque Rumania se parece más a Chile que Chile, ahora."
De las 51 películas que se le
atribuyen en la última edición de Wikipedia, siete son las obras de RAÚL RUIZ (1941-2011) directamente vinculadas al tema-problema
chileno. Serían, para nombrar sólo tres, ”Diálogo de exiliados”
(1974), ”Las soledades” (1992) y ”Cofralandes” (2002).
Sin embargo, como Ruiz hizo del cine
una ”ciencia oculta” -en el sentido del Marqués de Villena y de
Giordano Bruno- podemos sugerir, sin temor a equivocarnos, que el
resto de su filmografía también es chileno-vinculante. Quedará
para el sujeto-receptor la misión de establecer o descubrir los
enlaces, los vínculos, las concatenaciones entre la imagen-sonido y
su posible pertenencia al espacio-nación, terruño del autor.
El Chile que
emana del primer episodio de Cofralandes o La Rapsodia Chilena es el de un país
recortado, cortado y entrecortado. Hay allí tartamudeos impasibles y
roturas insalvables. Se entra en un requiem sobrecargado de emociones fuertes que por momentos nos recuerdan
al Juan Luis Martínez de la Nueva Novela o al Enrique Lihn de Pena
de Extrañamiento. Esta película propondría que lo chilenos tenemos
los cables pelados y que somos tan sólo 'de por ahí'.
Su primer film,
”LA MALETA” (1963) podría haberse llamado ”UN DÍA EN LA VIDA
DE EDUARDO ANGUITA” o en su defecto podría haber sido ”narrada”
con versos de la poesía del poeta de Venus en el Pudridero. ¿Qué
versos? Quizás este puñado:
”El té de los
difuntos
El párpado que
nos cierra a la vida
Y nos abre a la
muerte como una mano
El viento
naciendo de su piedra
El té de los
vivos para teñirnos de cadáver
Tanto lamento
cuando todo está perdido
Ese hombre viene
y se va
Los pies de los
muertos son hojas de té.”
¿Y qué decir, por último,
de ”LAS SOLEDADES”, mi cortometraje preferido, a pesar de que yo
no soy chilote sino atacameño? Mejor es verla y enterarse sin pavor
de que no sólo las sombran hablan sino también la luz de los siete espejos rotos, jugando en la islas de Chiloé como pájaros-fantasmas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario