En los años 50 del siglo pasado, el
poeta Enrique Lihn, el antipoeta Nicanor Parra y el psicomago
tocopillano Alejandro Jodorowsky (como puede verse, Alexis Sánchez no
es único hijo ilustre del puerto nortino) se apropiaron del lenguaje
mediático de la tribu y crearon los famosos quebrantahuesos que, de
alguna manera, tributan a la vanguardia surrealista parisina y
europea de los años 20. Las primeras fotografías de este trabajo
criollo (no criollista) fueron publicadas en el año 1975, en la
Revista del Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad
de Chile. Como se sabe y lo ha destacado insistentemente la crítica
académica y periodística, el punto de inflexión es la ruptura de
la sintaxis racional del lenguaje y la rearticulación del mismo
sobre la base de una mecánica fundamentada en el corrosivo
cortocircuito de sentido y la sobreexplotación indiscriminada de la
polisemia humorística. A modo de homenaje —y guardando la distancia
debida con los quebrantahuesos genuinos— quiero rendir, junto a mis
compañeros de generación de la Carrera de Castellano de la ex
Universidad del Norte, un sentido y sincero tributo a los dos
primeros vates fallecidos. Homenaje que, obviamente, no los va a
resucitar de sus cómodos sepulcros, pero sí se hará justicia
literaria a su trascendencia en las letras nacionales.
Sin otro particular, les saluda Atte.
LUIS KONG
(Santiago de Chile, 16 de junio de
2020)
SERIE año 2014
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