Chile se ha tornado en un país complejo, como la India o Israel. De éste último, la autora de “On not being able to sleep”, Jacqueline Rose, dijo que debía ser urgentemente psicoanalizado. Como Israel, Chile está convertido en un país violento; no es la violencia de la soldadesca israelí que destruye casas y bombardea a la población civil palestina. La violencia civil y política de Chile, tal como se muestra en los medios de comunicación, es mental y verbal. Pensé en esto cuando veía la entrevista del programa Tolerancia Cero a la Ministro del Trabajo, Claudia Serrano. Vemos en él a una mujer acosada por tres periodistas-ametralladora que a toda costa persiguen que la ministra se contradiga o sea incapaz de responder a las capciosas preguntas de este trío de agresores; en sus rostros a medio sonreír pude percibir el gozo que les deparaba este acorralamiento a la entrevistada de turno. Es más: cuando la ministra trataba de encontrar las palabras para explicar una política o justificar alguna medida de su Ministerio, se podían oir los comentarios a media voz de estos periodistas, entonces fuera de pantalla; con ello, esta troica de mordaces ironizaba o se mofaba de la intervención de su interlocutora.
Se nota inmediatamente que ciertos entrevistados no van a los estudios de televisión a dialogar con sus entrevistadores sino simpemente a padecer su barbarie mediática, su arte escatológica de expulsar mierda por la boca. Tamaña regresión bien merecería un psicoanálisis completo a los trogloditas de Tolerancia Cero.
Hasta una próxima
Se nota inmediatamente que ciertos entrevistados no van a los estudios de televisión a dialogar con sus entrevistadores sino simpemente a padecer su barbarie mediática, su arte escatológica de expulsar mierda por la boca. Tamaña regresión bien merecería un psicoanálisis completo a los trogloditas de Tolerancia Cero.
Hasta una próxima
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