Memorables e irrepetibles han sido las siguientes ediciones anteriores:
Perestroika soviética y perestrauma chilena. Un enfoque comparativo. (1990). Moderador: Raúl Zorrita
La yegua de la noche. Revisitación de Jorge Luis Borges (1999) Moderador(a): Doralice Vera.
Noventa y nueve tesis sobre el Poder. Revisitación de Michel Foucault. (2006) Moderador: Emiliano Mallenco.
Suites barrocas para actor solo. Revisitación del Teatro de las Ideas (2005).Moderador: Ener Segovia.
Sein und Zeit. ¿Qué hora es? Revisitación de Martin Heiddeger (2008). Moderador: Manfred Kreyke
Este verano el tema central fue “La Construcción de Sí Mismo”, abordado interdisciplinariamente. Entre los invitados de este año destacan: Michel Onfray (Caen); Alejandro Jodorowsky (Tocopilla); Manfred Kreyke (Karlsruhe), Kunnari Huttunen (Oulu) y Luciano Ekatombe (Farsta); éste último tuvo la amabilidad de conceder una substanciosa y larga entrevista a la prestigiosa Revista Aristotélica de Formación (RAF), que reproducimos parcialmente a continuación:
-¿Por qué dejó Palermo y se instaló en Suecia?
-Porque se me empezó a morir la clientela.
-Se rumoreó hasta último momento que usted no vendría a la costa de Ostrobotnia este verano. Se habló incluso de una conspiración en su contra...
-Fue en verdad un conflicto entre Essinge y la Academia de Humanismo Ateo (AHUMA) sobre quién iba a tener los derechos de publicación de los documentos finales de los coloquios. La Academia, para cual yo trabajo, se negaba en un principio a ceder mis textos a las imprentas de Essinge sin dejar de cobrar por ello una comisión, cuyo altísimo monto no figuraba en los presupuestos de la Entidad.
-¿Cómo se zanjó el asunto?
-Con un crédito de la Unión Europea y un par de subsidios del gobierno venezolano.
-Cuentan que usted se vio con Jodorowsky antes de los seminarios...
-Sí, coincidimos en Santiago, en una librería con piernas...
-¿La de Jorge Edwards?
-Sí, para la performance juvenil “POLVO ENAMORADO”, plataforma desde la cual brindamos todo nuestro apoyo a la Píldora del Día Decisivo (PIDDE); aunque Jodo cree que la pastilla no es necesaria, pues hay encuestas recientes que indican que el chileno medio sufre de eyaculación precoz.
-¿A qué se debe?-A la televisión, creo yo.
-¿A Chilevisión?
-Sí, y a Megavisión también.
-Manso problema. ¿Entonces no es cierto que usted y Jodorowsky sigan peleados?
-¿A qué se debe?-A la televisión, creo yo.
-¿A Chilevisión?
-Sí, y a Megavisión también.
-Manso problema. ¿Entonces no es cierto que usted y Jodorowsky sigan peleados?
-Mire, la gente debe saber de una vez por todas que Jodorowsky y yo hemos firmado un ventajoso contrato donde nos comprometemos a estar en guerra permanente, a polemizar en público en cualquier parte, incluso en territorio chileno. Es una estrategia de marketing en torno a la cual se han unidos nuestras respectivas editoriales. Así, el panfleto “Jodorowsky o el chamán de Nahueltoro”, de mi autoría, fue deliberadamente distribuido y claveteado en su “Cabaret Místico” de la calle Merced. El contrato también fija la repartición de áreas de influencia y la distribución de regiones operativas. Él y yo hemos creado una loca geografía, por así decirlo, de territorios que se desplazan. A los Países Bajos nosotros oponemos Los Países Bajoneados y en aquel suelo migratorio y trashumante actuamos.
-¿Cómo es eso?
-Jodorowsky opera en la cristiandad grecolatina, mediterránea, sobre todo en España, país donde el catolicismo ha hecho de sus ciudadanos una legión de autoflageladores en potencia, cultivadores del resentimiento y la culpa como herramientas relacionales. En cambio, yo me muevo en la zona germano-nórdica, en la que es más difícil convencer. Yo diría que mientras Jodorowsky calienta, yo enfrío. Por lo general, la clientela de Jodorowsky se compone de mujeres menores de 30 años; en cambio, yo trabajo fundamentalmente con la Tercera Edad, que en los países nórdicos constituye la inquebrantable Quinta Columna, demográficamente hablando. Además, él actúa con la Biblia y la cruz en la mano (si no, no vende); en cambio yo empleo la antipoesía, el chascarro, el aforismo, la paradoja. No hay que olvidar que Jodorowsky promete la sanación, que en él adquiere tonos salvíficos. Por el contrario, yo planteo que el filosofar es YA estar en buenas manos. Yo sostengo que cualquier crisis personal es una crisis de desorientación; a su vez, digo -con Heidegger- que el filosofar es encontrar el camino a casa.
-Pasando a otro tema, se le acusa de que las hibridices que usted propone pertenecen a la esfera del “pensamiento débil”...
-Sí, en efecto, algunos proto-nietzscheanos cuestionan mi estilo paternal, familiar, conciliador, hogareño. Pero a lo mejor los débiles mentales son ellos.
-Onfray sostiene que las hibrideces pueden conducir al desorden mental, al caos síquico. ¿Qué piensa usted?
-Bueno, es obvio que hay que saber manejar el hibridismo buscando siempre el acomodo.
-Sí, pero no todos somos Madame Blavatsky.
-Ése no es problema mío.
-“El sentimiento religioso” fue el tema más polémico en Essinge este verano. ¿Dónde se ubica usted?
-Creo que en muchos casos el sentimiento religioso puede ser una falsa alarma, es decir puede llegar a convertirse en una barrera que impide el desarrollo personal, en una neurosis que bloquea a la persona. Aquí comparto la idea de Onfray y Freud.
-La polémica se centró demasiado en los símbolos. ¿Qué interpretación les da usted?
-Se abordó mucho la Mística y sus referencias al símbolo de la Fortaleza. Mi interpretación de ésta es que el sujeto debe siempre disponer de un “granero de recursos humanos” para enfrentar sus crisis, de modo que cuando éstas surjan, la persona no se vea obligada a entregarse a la terapéuticas que lo rodean y que le prometen curación o salvación. El trabajo de superación debe empezar en uno mismo, es parte de la construcción de sí. La Fortaleza es la creación de recursos propios sin recurrir al auxilio del Cielo. Como se dice en un texto de Juan Luis Martínez: “La realidad es sólo la base, pero es la base.”
-Usted habló mucho sobre la necesidad del uso de la fuerza propia para crear tensión...
-Bueno, por un lado hablé de la tensión existencial y, por otro, de la tensión discursiva. Lo hice en los coloquios que dedicamos al sentimiento religioso, tema donde se produjeron los mayores desacuerdos. Para mí, en el sentimiento religioso falso no hay tensión sino sumisión. Sostuve, apoyándome en Rudolf Otto, que en la Mística sí se da tensión religiosa, gracias a que el místico no es un teólogo; y si lo fuera, sería “controlado” por el poeta. El místico es el que nos propone una tensión creativa entre lo inmanente y lo trascendente, sin que esta dicotomía se resuelva hacia uno u otro lado. En la Mística se da un transformismo que desemboca en una tensión discursiva polivalente. De forma especial, pienso aquí en Rumi pero también en Juan de Yepes.
-Aquí usted se separa tajantemente de Onfray...
-Le he dicho a Onfray que la tensión mística entre pensamiento y emoción produce poesía, pero ésta tampoco plantea una solución. Por desgracia, Onfray es muy drástico cuando asimila todo sentimiento religioso a la neurosis. Yo le planteé la hipótesis de que la Mística acaso sea una superación de la neurosis; incluso, una liberación.
-¿Cómo es eso?
-Jodorowsky opera en la cristiandad grecolatina, mediterránea, sobre todo en España, país donde el catolicismo ha hecho de sus ciudadanos una legión de autoflageladores en potencia, cultivadores del resentimiento y la culpa como herramientas relacionales. En cambio, yo me muevo en la zona germano-nórdica, en la que es más difícil convencer. Yo diría que mientras Jodorowsky calienta, yo enfrío. Por lo general, la clientela de Jodorowsky se compone de mujeres menores de 30 años; en cambio, yo trabajo fundamentalmente con la Tercera Edad, que en los países nórdicos constituye la inquebrantable Quinta Columna, demográficamente hablando. Además, él actúa con la Biblia y la cruz en la mano (si no, no vende); en cambio yo empleo la antipoesía, el chascarro, el aforismo, la paradoja. No hay que olvidar que Jodorowsky promete la sanación, que en él adquiere tonos salvíficos. Por el contrario, yo planteo que el filosofar es YA estar en buenas manos. Yo sostengo que cualquier crisis personal es una crisis de desorientación; a su vez, digo -con Heidegger- que el filosofar es encontrar el camino a casa.
-Pasando a otro tema, se le acusa de que las hibridices que usted propone pertenecen a la esfera del “pensamiento débil”...
-Sí, en efecto, algunos proto-nietzscheanos cuestionan mi estilo paternal, familiar, conciliador, hogareño. Pero a lo mejor los débiles mentales son ellos.
-Onfray sostiene que las hibrideces pueden conducir al desorden mental, al caos síquico. ¿Qué piensa usted?
-Bueno, es obvio que hay que saber manejar el hibridismo buscando siempre el acomodo.
-Sí, pero no todos somos Madame Blavatsky.
-Ése no es problema mío.
-“El sentimiento religioso” fue el tema más polémico en Essinge este verano. ¿Dónde se ubica usted?
-Creo que en muchos casos el sentimiento religioso puede ser una falsa alarma, es decir puede llegar a convertirse en una barrera que impide el desarrollo personal, en una neurosis que bloquea a la persona. Aquí comparto la idea de Onfray y Freud.
-La polémica se centró demasiado en los símbolos. ¿Qué interpretación les da usted?
-Se abordó mucho la Mística y sus referencias al símbolo de la Fortaleza. Mi interpretación de ésta es que el sujeto debe siempre disponer de un “granero de recursos humanos” para enfrentar sus crisis, de modo que cuando éstas surjan, la persona no se vea obligada a entregarse a la terapéuticas que lo rodean y que le prometen curación o salvación. El trabajo de superación debe empezar en uno mismo, es parte de la construcción de sí. La Fortaleza es la creación de recursos propios sin recurrir al auxilio del Cielo. Como se dice en un texto de Juan Luis Martínez: “La realidad es sólo la base, pero es la base.”
-Usted habló mucho sobre la necesidad del uso de la fuerza propia para crear tensión...
-Bueno, por un lado hablé de la tensión existencial y, por otro, de la tensión discursiva. Lo hice en los coloquios que dedicamos al sentimiento religioso, tema donde se produjeron los mayores desacuerdos. Para mí, en el sentimiento religioso falso no hay tensión sino sumisión. Sostuve, apoyándome en Rudolf Otto, que en la Mística sí se da tensión religiosa, gracias a que el místico no es un teólogo; y si lo fuera, sería “controlado” por el poeta. El místico es el que nos propone una tensión creativa entre lo inmanente y lo trascendente, sin que esta dicotomía se resuelva hacia uno u otro lado. En la Mística se da un transformismo que desemboca en una tensión discursiva polivalente. De forma especial, pienso aquí en Rumi pero también en Juan de Yepes.
-Aquí usted se separa tajantemente de Onfray...
-Le he dicho a Onfray que la tensión mística entre pensamiento y emoción produce poesía, pero ésta tampoco plantea una solución. Por desgracia, Onfray es muy drástico cuando asimila todo sentimiento religioso a la neurosis. Yo le planteé la hipótesis de que la Mística acaso sea una superación de la neurosis; incluso, una liberación.
-¿Y qué le respondió?
-Me acusó de neofreudiano. No sé, creo que Onfray debería reconsiderar su visión en este punto. Insisto en que él es demasiado categórico, lo que a su vez lo lleva a ser caprichoso. Le pedí incluso que revisara su postura frente a la mística francesa del siglo XIII Marguerite Porete, a quien Onfray -en el Tratado de Ateología - excluye de su lista de disidentes y la asimila a la categoría de fanáticos religiosos y, por ende, de neuróticos. Debemos recordar que Porete se opuso, con su palabra y su acción, a la estructura y doctrina de la Iglesia Católica de su época y fue quemada viva en la hoguera junto a sus escritos. Ella no se salvó pero sí algunos ejemplares de “Le miroir des âmes simples et anéanties”. En este libro vemos claramente que Porete había hecho de su sentimiento religioso un campo de tensión existencial y discursiva. Me parece que Onfray todavía no lo ha leído.
-Usted sostuvo además -en oposición a Kunnari Huttunen -que la tensión entre inmanencia y trascendencia no es privativa del sentimiento religioso.
-Así es y cité el extraordinario ejemplo de Nikos Kazantzaki, escritor que muy tempranamente se vio atraído por el llamado del Cielo y las imprecaciones de la Tierra. La tensión de querer ser fiel a ambos es lo que hace posible su literatura. El tampoco ofrece una solución a esta dicotomía; más bien, se deja “devorar” por ella pero lo interesante es que no lo bloquea; por el contrario, se trata de una tensión cuyas fuerzas antitéticas lo hacen crear, lo hacen escribir sus magníficas novelas y esa joya del género memorialista, “Carta al Greco”, donde un Kazantzaki ya mayor repasa los momentos álgidos de la tensión entre Materia y Espíritu a los que se vio sometido. Aquí podríamos especular una vez más sobre la hipótesis de que todo sentimiento religioso falso pueda ser re-orientado por el fenómeno estético liberador; idea, por lo demás, ya presente en Nietzsche.
-Me acusó de neofreudiano. No sé, creo que Onfray debería reconsiderar su visión en este punto. Insisto en que él es demasiado categórico, lo que a su vez lo lleva a ser caprichoso. Le pedí incluso que revisara su postura frente a la mística francesa del siglo XIII Marguerite Porete, a quien Onfray -en el Tratado de Ateología - excluye de su lista de disidentes y la asimila a la categoría de fanáticos religiosos y, por ende, de neuróticos. Debemos recordar que Porete se opuso, con su palabra y su acción, a la estructura y doctrina de la Iglesia Católica de su época y fue quemada viva en la hoguera junto a sus escritos. Ella no se salvó pero sí algunos ejemplares de “Le miroir des âmes simples et anéanties”. En este libro vemos claramente que Porete había hecho de su sentimiento religioso un campo de tensión existencial y discursiva. Me parece que Onfray todavía no lo ha leído.
-Usted sostuvo además -en oposición a Kunnari Huttunen -que la tensión entre inmanencia y trascendencia no es privativa del sentimiento religioso.
-Así es y cité el extraordinario ejemplo de Nikos Kazantzaki, escritor que muy tempranamente se vio atraído por el llamado del Cielo y las imprecaciones de la Tierra. La tensión de querer ser fiel a ambos es lo que hace posible su literatura. El tampoco ofrece una solución a esta dicotomía; más bien, se deja “devorar” por ella pero lo interesante es que no lo bloquea; por el contrario, se trata de una tensión cuyas fuerzas antitéticas lo hacen crear, lo hacen escribir sus magníficas novelas y esa joya del género memorialista, “Carta al Greco”, donde un Kazantzaki ya mayor repasa los momentos álgidos de la tensión entre Materia y Espíritu a los que se vio sometido. Aquí podríamos especular una vez más sobre la hipótesis de que todo sentimiento religioso falso pueda ser re-orientado por el fenómeno estético liberador; idea, por lo demás, ya presente en Nietzsche.
-¿Cómo resumiría los coloquios de este verano?
-Me gustó muchísimo la síntesis de la poeta taoista china Lu Xu Ria, quien dijo sin inmutarse la noche de clausura: “Ni occidental ni oriental sino totalmente accidental”. Es un gran paso hacia la liberación. También me gustó el resumen del representante mexicano, Anacleto Morones: “PENTATEUCO, las cincos zonas rebeldes de Chiapas”.
-¿Que nos deparará Essinge en el 2010?
-Me gustó muchísimo la síntesis de la poeta taoista china Lu Xu Ria, quien dijo sin inmutarse la noche de clausura: “Ni occidental ni oriental sino totalmente accidental”. Es un gran paso hacia la liberación. También me gustó el resumen del representante mexicano, Anacleto Morones: “PENTATEUCO, las cincos zonas rebeldes de Chiapas”.
-¿Que nos deparará Essinge en el 2010?
-El evento indagará en algunas ideas claves de la filosofía nórdica, entre las cuales yo destacaría el concepto del Acomodo como estrategia del Vivir, o mejor dicho, del Estar. Será un encuentro único en su género, porque no solamente participarán filósofos; vendrán también carpinteros, mueblistas, diseñadores, ortopedas. El 2010 está destinado a ser el gran año del Concretismo y Situacionismo nórdicos, de cuyas anomalías ya habló un rencoroso Foucault en 1958, al acusar a los suecos de padecer “pragmatismo encéfalo-craneano”. Por esa época Foucault vivía en Uppsala, en cuya universidad escuchó al rector decir el axioma: “Sólo las salas de espera colman nuestras esperanzas”, con lo cual se manifestaba en crudo esta filosofía situacionista del bienestar concreto total, insoportable para el autor de “Las palabras y las cosas”.
-¿Por qué este viraje hacia la filosofía nórdica justo ahora?
-Porque, querámoslo o no, el Acomodo ha pasado a ser la acción vital del momento.
-¿Cómo ha podido el pensamiento nórdico imponerse sobre el existencialismo? ¿Por las malas traducciones?
-No, porque siendo el existencialismo un humanismo, no todos tenemos la misma cara; y eso confunde, desorienta; no es una doctrina monolítica sino un corpus abierto. Además ha habido filósofos encargados de desprestigiarlo.
-¿Se refiere a Heidegger?
-Sí. Por desgracia, Heidegger confesó hacia el final de sus días que él no había encontrado absolutamente nada, ni la Esencia ni la Existencia; ni el Ser ni el Ser-ahí.
-No lo sabía...
-Afortunadamente para nosotros Sartre le contestó por escrito desde Tempes Modernes, diciéndole que “quien no es nada ni nadie es un pobre huevón”.
-Cambiando de tema, ¿qué hará después de Essinge? En qué está ahora?
-Estoy terminando la biografía de Gaspar el Alquimista; paralelamente estoy preparando una antología de textos híbridos de autoayuda que se llamará “Tiritón y Taciturno”.
-Entiendo que son textos que rompen con la tradición...
-Sí, se trata de una literatura que se opone terminantemente a la máxima religiosa del teólogo Mandungui según la cual “hay que conseguir seguridad mediante oscuridad”. Le estoy citando un axioma angular del fanatismo religioso venido de Platón y de los cavernarios que le sucedieron en el puesto. Hay que huir del sentimiento religioso de que somos seres deficientes y deficitarios; esta idea hace que la vida se convierta en la búsqueda permanente y angustiosa de una caja de compensación, como si ya nos hubiéramos jubilado del vivir por un accidente del trabajo. Más bien hay que arrojar luz, abrir claros. Eso es lo que debe pretender una filosofía sin Dios. Para citar a mi amado Pierre Bordieu, “siempre habrá aquellos que necesitan las tinieblas del desconocimiento para ejercer su comercio simbólico.”
-¿Por qué este viraje hacia la filosofía nórdica justo ahora?
-Porque, querámoslo o no, el Acomodo ha pasado a ser la acción vital del momento.
-¿Cómo ha podido el pensamiento nórdico imponerse sobre el existencialismo? ¿Por las malas traducciones?
-No, porque siendo el existencialismo un humanismo, no todos tenemos la misma cara; y eso confunde, desorienta; no es una doctrina monolítica sino un corpus abierto. Además ha habido filósofos encargados de desprestigiarlo.
-¿Se refiere a Heidegger?
-Sí. Por desgracia, Heidegger confesó hacia el final de sus días que él no había encontrado absolutamente nada, ni la Esencia ni la Existencia; ni el Ser ni el Ser-ahí.
-No lo sabía...
-Afortunadamente para nosotros Sartre le contestó por escrito desde Tempes Modernes, diciéndole que “quien no es nada ni nadie es un pobre huevón”.
-Cambiando de tema, ¿qué hará después de Essinge? En qué está ahora?
-Estoy terminando la biografía de Gaspar el Alquimista; paralelamente estoy preparando una antología de textos híbridos de autoayuda que se llamará “Tiritón y Taciturno”.
-Entiendo que son textos que rompen con la tradición...
-Sí, se trata de una literatura que se opone terminantemente a la máxima religiosa del teólogo Mandungui según la cual “hay que conseguir seguridad mediante oscuridad”. Le estoy citando un axioma angular del fanatismo religioso venido de Platón y de los cavernarios que le sucedieron en el puesto. Hay que huir del sentimiento religioso de que somos seres deficientes y deficitarios; esta idea hace que la vida se convierta en la búsqueda permanente y angustiosa de una caja de compensación, como si ya nos hubiéramos jubilado del vivir por un accidente del trabajo. Más bien hay que arrojar luz, abrir claros. Eso es lo que debe pretender una filosofía sin Dios. Para citar a mi amado Pierre Bordieu, “siempre habrá aquellos que necesitan las tinieblas del desconocimiento para ejercer su comercio simbólico.”
-¿Echa de menos Italia?
-Sí, porque soy un eterno enamorado de la Cultura de la Risa. Y quienes la mantienen viva, en el cine, la literatura y la música, son los italianos.
En cambio, en la zona germánico-nórdica, su gente es muy dada al Teatro de la Crueldad. Aquí, muchas veces, la vida no es un sueño, como creía Calderón, sino una pesadilla.
-Usted confesó a las audiencias de Essinge que se quiso hacer monje...
-Fue en mi juventud. Me entrevisté con el Episcopado y le expresé mi fervoroso deseo.
-¿Y?
-Recuerdo que Monseñor Letelier me dijo: “Hijo mío, lo que la Iglesia necesita con más urgencia en estos momentos no son monjes sino comunicadores sociales; el error nuestro ha sido haber soltado el micrófono”. Salí de esa reunión muy decepcionado.
-¿Cuál es su mensaje a la juventud deseosa de participar políticamente?
-Que el el germen de toda rebelión es una buena biblioteca.
-Sí, porque soy un eterno enamorado de la Cultura de la Risa. Y quienes la mantienen viva, en el cine, la literatura y la música, son los italianos.
En cambio, en la zona germánico-nórdica, su gente es muy dada al Teatro de la Crueldad. Aquí, muchas veces, la vida no es un sueño, como creía Calderón, sino una pesadilla.
-Usted confesó a las audiencias de Essinge que se quiso hacer monje...
-Fue en mi juventud. Me entrevisté con el Episcopado y le expresé mi fervoroso deseo.
-¿Y?
-Recuerdo que Monseñor Letelier me dijo: “Hijo mío, lo que la Iglesia necesita con más urgencia en estos momentos no son monjes sino comunicadores sociales; el error nuestro ha sido haber soltado el micrófono”. Salí de esa reunión muy decepcionado.
-¿Cuál es su mensaje a la juventud deseosa de participar políticamente?
-Que el el germen de toda rebelión es una buena biblioteca.
[Balneario de Essinge, julio del 2009 ©RAF todos los derechos reservados]
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