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sábado, 12 de junio de 2010

CINE / dos documentales inobjetables

He aquí que he visto recientemente dos valiosos documentales que me veo en la obligación de recomendar. El primero de ellos se llama “Música cubana –The sons of Havana” y pertenece al director German Kral. El film es un homenaje a la vieja guardia de la música cubana personificada en este caso por el solista Pío Leyva. Sin embargo, la película también es un saludo de bienvenida a la nueva generación de músicos de la isla, encarnada en figuras como Osdalgia, Telmary Díaz o El Nene.


El segundo documental nos lleva a terrenos que nada tienen que ver con la música; se trata, por el contrario, de una película que nos traslada al desgarrador mundo de la violencia política en Colombia; me refiero naturalmente a la película “Los pecados de mi padre”, del director Nicolás Entel, y que tiene como protagonista a Sebastián Marroquín, hijo del fallecido narcotraficante Pablo Escobar, acribillado en 1993. En su artículo “Pecados de mi padre”, publicado en el País Digital, el escritor Mario Vargas Llosa comenta:
“Porque la confesión del joven protagonista de este documental, más que un testimonio sobre el horror y la sangre en que transcurrió su vida y la de su madre y su hermanita menor -los tres sobrevivieron de milagro a un atentado de enemigos de su padre que hicieron explotar el edificio Mónaco, donde vivían, con 700 kilos de dinamita-, es la radiografía más persuasiva y más dramática del fenómeno de la violencia que vivió Colombia en los años 80 y los 90 por las guerras entre carteles de la droga y las que libraban todos ellos con las fuerzas del orden.”




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