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jueves, 28 de noviembre de 2019

TESTIMONIOS: EL RELATO DE QUEEN BEE

El día que dejé de ser facha fue el día en que pisé un colegio vulnerable de Peñaflor con mi carpeta de práctica y mil ilusiones.

El día en que la burbuja se rompió y llegué llorando porque mis ojos no daban crédito ante una realidad tan desconocida y chocante.

El día que separé la primera pelea entre los cabros. Porque ahí había que saber ser choro, si no erai.
El día que me di cuenta que mis estudiantes no tenían expectativas de terminar 8vo. Muchos estaban ahí por cumplir, y muchos desistían en el camino.

El día en que supe que una de mis estudiantes, pareja de narco y metida en las drogas, esperaba su segundo hijo. Octavo básico y dos hijos.

El día en que empecé a notar que una de mis estudiantes llegaba dando portazos cada miércoles en la mañana, y al preguntarle oir con dolor su respuesta: "es que los miércoles mi mamá va a ver a mi papá a la carcel, y mi papá se portó mal conmigo".

El día en que un niño de quinto se me acercó llorando porque dentro de un juego, uno de los niños lo había amenazado. "Es que el tío del Pepito es narco po tía".

El día que me encaletaron al Milovan, un niño de kinder que vivía en el Sename, en un paseo. Ese día en que lo cuidé, lo regalonée, le limpié sus piecitos llenos de arena, le puse las zapatillas, le compré una palmera y recibí de vuelta un "gracias mamá". Se me partió el corazón.

El día que traté de hacer clases entretes, pero ni fotocopias tenía: "no se preocupe miss, pa q va hacer cosas? si no están ni ahí con nosotros".

El día en que una de las de 8vo enganchó conmigo y empezó a hacer callar a sus compañeros: "Oe callate ctm q quiero escuchar a la tía".

El último día, cuando tuve que separar una pelea donde una alumna drogada, le pegó a una profe al frente mío. Jamás olvidaré su carita perdida en la droga, como traté de hacerla reaccionar, pero ni siquiera podía enfocar su mirada.

No hay día que no recuerde a mis niños, a mi "lumpen", a mis cabros buenos pa cantar como Cosculluela. Hoy más que nunca los tengo presentes, porque ellos me enseñaron la vida real, y por lo mismo hoy lucho por ellos.

Por eso los defiendo, por eso ahora no juzgo, porque de verdad si unos de esos cabros terminó siendo delincuente, no lo culpo, no lo juzgo, solo entiendo con dolor que cumplió un destino inexorable que estaba designado desde que nació en una desigualdad terrible.

Mis "hijos de la masturbaburro" (su insulto favorito), esta lucha es por ustedes, la miss jamás los olvidó.

postdata: se que algunos están bien, a uno lo vi trabajando en el Tottus, al Milovan lo adoptó una familia y ahora vive en Europa.
QUEEN BEE

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